Antiguo palacio situado en la plaza de Jerónimo Páez, número 7, sede actual del Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba.
El actual palacio fue construido sobre una antigua casa mudéjar de las cuales se conoce su existencia desde al menos el siglo XV. Durante el siglo XVI se realiza una profunda reforma. La planta cuadrangular se organiza en torno a dos patios: el primero y principal, que data de 1559, es rectangular sirviendo de acceso y manteniendo un estanque central. Está conectado al segundo mediante una galería abierta de arcos de medio punto, siguiendo el modelo italiano del siglo XVI.
El segundo patio, con doble altura de arcos de medio punto, sirve de organizador de la antigua vivienda.
Portada trasera
La fachada principal, que da a la plaza de Jerónimo Páez, fue diseñada por Hernán Ruiz II en 1540, se compone a modo de arco de triunfo: el vano de acceso está flanqueado por dos pares de columnas entre las que se sitúan figuras heroicas. La esquina del edificio está potenciada con un balcón, típico de la arquitectura de Hernán Ruiz el Joven.
Se le incorporó una portada barroca trasera por la calle Marqués del Villar, realizada en piedra de Cabra roja y negra y escoltada por columnas salomónicas.
Durante el siglo XX fue reformado en diferentes ocasiones especialmente desde la implantación del Museo Arqueológico.
El actual palacio fue construido sobre una antigua casa mudéjar de las cuales se conoce su existencia desde al menos el siglo XV. Durante el siglo XVI se realiza una profunda reforma. La planta cuadrangular se organiza en torno a dos patios: el primero y principal, que data de 1559, es rectangular sirviendo de acceso y manteniendo un estanque central. Está conectado al segundo mediante una galería abierta de arcos de medio punto, siguiendo el modelo italiano del siglo XVI.
El segundo patio, con doble altura de arcos de medio punto, sirve de organizador de la antigua vivienda.
Portada trasera
La fachada principal, que da a la plaza de Jerónimo Páez, fue diseñada por Hernán Ruiz II en 1540, se compone a modo de arco de triunfo: el vano de acceso está flanqueado por dos pares de columnas entre las que se sitúan figuras heroicas. La esquina del edificio está potenciada con un balcón, típico de la arquitectura de Hernán Ruiz el Joven.
Se le incorporó una portada barroca trasera por la calle Marqués del Villar, realizada en piedra de Cabra roja y negra y escoltada por columnas salomónicas.
Durante el siglo XX fue reformado en diferentes ocasiones especialmente desde la implantación del Museo Arqueológico.
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